#Infecciones cutáneas locales: Las bacterianas son las más comunes y se producen por falta de higiene tanto personal como del profesional que realiza el tatuaje, así como del material empleado o de la higiene posterior. Se debe tener cuidado con que estas infecciones no se extiendan al resto del cuerpo.
# Reacciones alérgicas: Los tatuajes son responsables de numerosas reacciones alérgicas. El color rojo es el conflictivo porque contiene óxidos de hierro y pigmentos orgánicos de madera de sándalo que al introducirse en la dermis, provocan una reacción que afecta paulatinamente la zona del tatuaje.
Hay medidas preventivas que nos pueden ayudar a evitar estas infecciones o reacciones alérgicas.
# Local: El local debe cumplir todas las reglas de higiene exigidas, pasando por la ventilación del al lugar a el uso de botiquines.
# Personal: Es imprescindible que el personal de estos establecimientos esté formado y preparado para informar a la persona interesada en hacerse un tatuaje sobre las contraindicaciones y las medidas higiénicas posteriores. Antes de
tatuar, debe realizar una exploración para asegurarse de que el cliente
no está en ningunas de las situaciones por las que se contraindica el
tatuaje. Además, es aconsejable que haga una
prueba de alergia para descartar posibles reacciones dérmicas. La normativa exige al profesional estar vacunado frente a hepatitis B y el tétanos para evitar contagios a los clientes.
# Utensilios: Deben estar compuestos por ingredientes inertes y
no tóxicos para prevenir la irritación o reacciones alérgicas. Es
preferible que sean desechables. En su defecto, deben estar
correctamente esterilizados.
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